Fluir en la raíz del amor transforma toda adversidad.

¡Hola, hola!
Lamento mucho haber subido hasta hoy nuestro blog, me quedé sin internet por tema de papeleos y no lo pude arreglar hasta el día de hoy.

Después de la interrupción que tuvimos te saludo con mucho cariño y damos continuación al tema que llevamos trabajando en las ultimas tres semanas, "las raíces que nos rigen".

Esta semana les platique en nuestra cápsula el ejemplo de alguien que cruzó el umbral del miedo y lo transformó en conocimiento, nuevos caminos, equilibrio y confianza.
¿Que cómo lo logró? ¡Muy fácil! Haciendo lo correspondiente ante la situación que se le presentó, sacándole de su zona de confort. 
La raiz del miedo es la que te lleva a sumergirte en las suposiciones fatalistas que te crean sufrimiento  y tensión tanto emocional como física, es la forma en la que comienzas a acumular memoria que descompone tanto tu salud como tu creatividad, repercutiendo en los resultados que obtienes. Es ahí donde podemos ver que no existe la mala suerte ni personas que nacen estrelladas a diferencia de las que nacen "con estrella". 

Todos nacemos con las mismas oportunidades, aunque las apariencias pueden llegar a engañarnos. 

Por más difícil que sea la situación que se presenta en tu vida, por más dura que la sientas, sigue tu camino sin detenerte haciendo lo que te corresponde con el corazón y la mente en conjunto. ¡Eso es amor!

Cuando te hablo de amor no me refiero a las rosas rojas, 14 de febrero o el romanticismo; me refiero al trato consciente, digno y con respeto que te estás dando desde el centro y por ende el que le estas dando a los demás.



Fluir en la raíz del amor te permite avanzar hacia lo que te conviene, lo que te nutre, te embellece y es bueno para ti, aunque no se parezca ni tantito a lo que imaginaste como tu ideal.
Muchas veces lo que idealizamos viene de la raíz del miedo, disfrazado de alegría y logro, otras veces simplemente es terquedad pura; no es necesario llegar a resultados extremos  fatalistas para saber si es así. Basta con tomar una foto de hace 10 años y luego otra foto de hace 5 años y luego una foto actual. Ahí veras si has evolucionado en la raíz del amor o la raíz del miedo. 
Lo maravilloso de esto es que nunca es tarde para poner remedio a los daños que llegamos a causarnos, basta con voluntad y consciencia para fluir en la raíz del amor y día a día iremos reparando alma, mente y cuerpo. 

¿Ya tienes identificado en que raíz vives la mayor parte del tiempo?


Como puedes ver, este es un tema que amerita tiempo de análisis, búsqueda y trabajo para poder digerir y saber elegir tu raíz. Así que seguiré escribiendo para ti sobre este tema que a mi me cambió la vida.
 Ale de los Cobos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Amores que matan.

El poder del Presente

La practicidad de los hombres.